justin bieber♥

IN the late afternoon chilly dark, the pop star Justin Bieber, 15, emerged from the radio station in Providence, R.I., where he had just been interviewed. As if on cue, a large pack of tween girls screamed and pounced.
So did their mothers.
“Justin, my daughter Elizabeth is going to your show tonight!” shouted one woman, shoving girls out of the way to push her cellphone camera in Mr. Bieber’s face. “Want a play date with her, Justin?”
A shriek, presumably from the mortified Elizabeth: “Mom!”
Justin, blessed with excellent mop-top hair, gamely pushed through his jet lag to produce a camera-ready smile. Then his mother, Pattie Mallette, rescued him: she and his entourage hustled him into a van and sped away.
“The mothers are the worst,” Ms. Mallette said later, sitting in a hotel lobby armchair, reflecting on parenting one of the few teenagers in America who, for his own safety, can hang out at a mall only when others are in school.
A baby-faced fawn, Justin has become ridiculously successful at an age so tender that his preferred mode of greeting is a hug.
But as he takes his place in the venerable line of Leifs and Shauns who have ruled the Tiger Beat princedom, he is also a creature of this era: a talented boy discovered first by fans on YouTube, then cannily marketed to them through a fresh influx of studiedly raw videos on the Web site.






In contrast to stars like Kelly Clarkson, who sprang from “American Idol,” or Disney factory best sellers like Miley Cyrus, Justin, his fans passionately believe, is homemade. Long before he released his EP, “My World,” in mid-November, the YouTube videos attracted millions of views.






“My World,” a low-calorie confection of R & B pop tunes swirled through with head-bobbing urgency and hip-hop grace notes, made its debut at No. 6 on the Billboard charts, with four singles in the Top 100.






At every stop on Justin’s recent tour, his charisma, high energy and sweet gawkiness ignited explosions of cellphone camera flashes, glinting on orthodontia. Over one weekend last month, he set off a squealfest at Madison Square Garden, taped a performance for Dick Clark’s New Year’s Eve special in Las Vegas, performed in Chicago and then sang for President and Mrs. Obama in Washington.






Until recently, Justin was a regular boy who played hockey and soccer in Stratford, Ontario (population 30,000). He taught himself piano, guitar and trumpet, took drum lessons and yowled pop tunes while he brushed his teeth. He lived in low-income housing with Ms. Mallette, who prayed that God would use her son as a modern Prophet Samuel, a voice to his generation.






A youth pastor, perhaps? Or even a singer on a Christian label, she thought?






So when an Atlanta-based hip-hop manager named Scooter Braun called nearly two years ago, Ms. Mallette was confused. “I prayed, ‘God, you don’t want this Jewish kid to be Justin’s man, do you?’ ” she recalled.






NOW Justin and his mother live in Atlanta. He is tutored privately and takes vocal lessons, the costs underwritten by Island Def Jam records and the silky R & B superstar Usher. His new family includes hovercrafts like Mr. Braun and Ryan Good, a former assistant to Usher, whom the singer handpicked to be Justin’s road manager and “swagger coach” — sharpening his moves, his attitude and his wardrobe.






In a phone interview, Usher said he, too, takes a familial role: “Sometimes he’s like a little brother or a son to me.”






“I understand the pressure to be in that position,” added Usher, a former boy wonder. “But I had a chance to ramp up my success, where this has happened to him abruptly. So Scooter, Ryan, myself: we tag-team him.”






Riding herd on any teenager presents challenges. Controlling one who happens to be the name on a new franchise presents challenges of another magnitude. “When we’re on tour, I can’t exactly ground him,” said Ms. Mallette, 34, a petite, tough-minded woman.






Since arriving in Providence on a red-eye flight from Los Angeles, where Justin had performed at a mall for reportedly 20,000 screamers, tension had been building. His publicity schedule had lockstep demands. But the adolescent was becoming overtired.






In the interview at the radio station, Justin, pale with fatigue, still tried to affect a streetwise jauntiness: “ ’Sup, man?” he said, greeting the disc jockey.






The announcer asked whether he preferred arenas like Madison Square Garden or small venues like Lupo’s Heartbreak Hotel, site of that night’s show. Isn’t it nicer to see fans up close and personal?






Justin praised the wonders of Madison Square Garden. The announcer caught his eye. Adroitly, Justin tacked. It turns out that he really likes small halls, too. Both kinds, actually.






traducido:














En la tarde oscura fría, la estrella pop Justin Bieber, 15, salió de la estación de radio en Providence, Rhode Island, donde acababan de ser entrevistados. En ese preciso momento, un paquete grande de las niñas entre un grito y se abalanzó.






Lo mismo hicieron sus madres.






"Justin, mi hija Isabel se va a su Tonight Show!", Gritó una mujer, empujando a las niñas fuera de la forma de impulsar su cámara móvil en la cara del señor Bieber. "¿Quieres una cita para jugar con ella, Justin?"






Un grito, presumiblemente desde el Elizabeth mortificada: "¡Mamá!"






Justin, bendecido con un excelente barrido de pelo arriba, valientemente empujado a través de su "jet lag" para producir una cámara sonrisa fácil. Entonces, su madre, Pattie Mallette, lo rescató: ella y su séquito lo empujó en una camioneta y salió corriendo.






"Las madres son los peores", dijo la Sra. Mallette después, sentado en un sillón de lobby del hotel, lo que refleja en una crianza de los hijos de los pocos adolescentes en Estados Unidos que, por su propia seguridad, puede pasar el rato en un centro comercial sólo cuando otros están en la escuela .






Un bebé de cara cervatillo, Justin se ha convertido en ridículo con éxito a una edad tan tierna que su modo preferido de saludo es un abrazo.






Pero a medida que toma su lugar en la línea de venerable de Leif y Shaun que han gobernado el principado Tiger Beat, también es una criatura de esta era: un niño con talento descubierta primero por los aficionados en YouTube, a continuación, astutamente comercializados a través de un nuevo flujo de videos estudiadamente primas en el sitio Web.






En contraste con estrellas como Kelly Clarkson, que surgió de "American Idol", o de la fábrica Disney best-sellers como Miley Cyrus, Justin, sus fans creen apasionadamente, es de fabricación casera. Mucho antes de que lanzó su EP, "My World", a mediados de noviembre, los videos de YouTube atraído a millones de puntos de vista.






"Mi mundo", una baja en calorías confección de R & B se arremolinaba a través de canciones pop con la cabeza-bob urgencia y el hip-hop notas de gracia, hizo su debut en el número 6 en las listas de Billboard, con cuatro sencillos en el Top 100.






En cada parada en la reciente gira de Justin, su carisma, su energía y gawkiness dulce encendió explosiones de luces de las cámaras móvil, brillando en la ortodoncia. Más de un fin de semana, el mes pasado, se desató una squealfest en el Madison Square Garden, grabó un rendimiento de Año Nuevo de Dick Clark Eva especial en Las Vegas, realizado en Chicago y después cantó para el presidente y la señora Obama en Washington.






Hasta hace poco, Justin era un chico normal que jugaba al hockey y fútbol en Stratford, Ontario (población 30.000). Aprendió piano, guitarra y trompeta, tomó clases de batería y canciones pop maulló mientras se cepillaba los dientes. Él vivía en viviendas de bajo ingreso con la Sra. Mallette, que oró para que Dios pueda usar a su hijo como un moderno profeta Samuel, una voz a su generación.






Un pastor de jóvenes, tal vez? O incluso una cantante en una etiqueta cristiana, el pensamiento?






Así, cuando en Atlanta-hip hop-manager basado en el nombre Scooter Braun llama hace casi dos años, estaba confundido Sra. Mallette. "Yo rezaba," Dios, no desea que este niño judío de ser el hombre de Justin, ¿verdad? ", Recordó.






Ahora Justin y su madre viven en Atlanta. Es clases particulares y toma clases de canto, los costes asumidos por Island Def Jam Records y el R & B Usher sedoso superestrella. Su nueva familia incluye aerodeslizadores, como el Sr. Braun y Ryan Bueno, un ex asistente de Usher, quien la cantante elegida para ser road manager de Justin y "entrenador arrogancia" - afilar sus movimientos, su actitud y su vestimenta.






En una entrevista telefónica, Usher dijo que él también tiene un papel familiar: "A veces es como un hermano o un hijo para mí."






"Entiendo la presión de estar en esa posición", agregó Usher, un ex niño prodigio. "Pero yo tenía la oportunidad de rampa de mi éxito, cuando le ha sucedido de repente. Así Scooter, Ryan, a mí mismo: nos tag-team él. "






Riding rebaño de cualquier adolescente presenta desafíos. El control de quien pasa a ser el nombre de una nueva franquicia presenta problemas de otra magnitud. "Cuando estamos de gira, no exactamente puede dejarlo salir", dijo la Sra. Mallette, de 34 años, menuda, tenaz mujer.






Desde su llegada a la Providencia en un vuelo de ojos rojos de Los Ángeles, donde Justin se había realizado en un centro de informes, 20.000 gritones, la tensión había ido construyendo. Su programa de publicidad se exige férreamente. Sin embargo, el adolescente se canse demasiado.






En la entrevista en la emisora de radio, Justin, pálido, con la fatiga, todavía trataba de afectar a un garbo callejera: " 'Sup, hombre?", Dijo, el saludo del disc jockey.






El locutor le preguntó si prefería escenarios como el Madison Square Garden, o espacios pequeños como el Lupo's Heartbreak Hotel, el sitio de programa de esa noche. ¿No es mejor ver los fans de cerca y personal?






Justin alabó las maravillas del Madison Square Garden. El locutor le llamó la atención. Hábilmente, Justin tachuelas. Resulta que la que realmente le gusta salas pequeñas, también. Ambos tipos, en realidad.